Los ataches coronarios tienen su propia historia

Inicialmente los aparatos dentales parciales tienen ganchos de metal que rodean total o parcialmente los dientes restantes, naturales o coronados bajo forma de dientes individuales o de puentes.
Estos aparatos tienen por vocación principal restablecer el coeficiente masticatorio (dientes que faltan) ya sea con dientes generalmente en resina o en porcelana o en ciertos casos de metal.
También tienen por vocación recrear la estética tanto en el maxilar superior como en la mandíbula.

No obstante, presentan inconvenientes ligados a los ganchos que generan en ciertos casos desordenes estéticos y sobretodo funcionales.
En efecto, los ganchos, siempre visibles o incluso disimulados, son fuentes de problemas (descarnadura de los dientes, problemas parodontales) igualmente cariógena a corto o largo plazo a causa de los micro-movimientos generados durante la masticación, así como la luxación en ciertos casos, pudiendo desembocar en la extracción del diente pilar.
A fin de eliminar dichos inconvenientes, han aparecido los dispositivos de retención (los ataches y anclajes).
Algunos se colocan pegándolos directamente sobre el diente sano, otros de uso mas extendido se sitúan en el lado izquierdo o derecho de una corona o puente, y otros se colocan sobre el diente desvitalizado o incluso en el interior de la raíz residual.
Estos dispositivos han abierto grandes posibilidades particularmente en materia de prótesis hibridas contiguas a dientes protéticos individuales sellados o pegados, o sobre puentes sellados o atornillados.
Permiten, sobre todo a los practicantes, ampliar el abanico de posibilidades de restauración protétic en numerosos casos.
Siempre, en un problema de profilaxis, permiten el dominio de la arquitectura de los chasis mejor elaborados para el mejor confort de los pacientes.
Sin embargo, para algunos de entre ellos, tienen también inconvenientes ligados a su concepción, su tamaño, e incluso a su método técnico de utilización, a menudo difícil de dominar.

En efecto, el enorme número de dichos dispositivos no permite siempre identificar la mejor elección justamente a causa de esa gran diversidad.
Además del hecho de una concepción ingeniosa combinada a una gran calidad de fabricación, presentan por regla general 3 inconvenientes mayores.
1°) Su tamaño.
En efecto, dentro de una generalidad suficientemente grande, el espacio entre los antagonistas es a menudo insuficiente y no deja más que un reducido margen de maniobrabilidad para una aplicación fiable.
2°) La complejidad de los mecanismos en función que a pesar de una resistencia intrínseca se degrada y genera dificultades durante el desmontaje y el cambio de ciertas piezas en caso de ruptura por accidente.
3°) Las técnicas de aplicación muy a menudo delicadas a controlar apelando además a la utilización de material de laboratorio sofisticado y costoso (láser, plasma, etc, etc)